La definición de un
sistema de parentesco de Radcliffe-Brown puede aplicarse
perfectamente a la definición de política: “Convenio o arreglo
que permite a las personas vivir y cooperar juntas en una vida social
ordenada. Para que exista, debe tener una funcionalidad y cierta
eficacia; por lo que debemos dar cuenta de su función social. La
realidad de un sistema (político) está compuesta por las relaciones
sociales efectivas de persona a persona. Es una red de relaciones
sociales que constituyen una parte de la red total de relaciones
sociales que es la estructura social (o la sociedad, si se quiere
llamar así). Es un sistema en funcionamiento que vincula a los seres
humanos en una disposición ordenada de influencias mutuas mediante
el cual las constumbres particulares se ven como partes que funcionan
dentro de la maquinaria social.”
El problema es que
hablar de términos tan excesivamente abstractos y que incluyan a un
amplio espectro de la población, nubla las diferentes versiones
sobre la política de personas que actúan de formas diversas a las
puramente parlamentarias: Colectivos, grupos de presión,
organizaciones sociales, manifestaciones... Todos ellos forman
también la estructura social de la política pero no dejan de ser institucionales. No podemos pensar más allá de nuestra cultura. Nos sirve para definir
la política como estructura que pertenece a un sistema mayor que es
la vida social ordenada en funcionamiento. Con ordenado me refiero a
que hay una verdad compartida o no acerca de la vida y que adquiere
un significado funcional. El caso es que esa verdad existe como ente
absoluto para algunos y como ente cuestionable para otros. La gente
no se suicida colectivamente y eso es un hecho estructural. Los casos
de suicidios colectivos no pueden incluirse en este ensayo porque
entonces no acabaríamos nunca.
Por otro lado, la
condición humana nos define como políticos y por lo tanto, todo
acto individual que se enfrenta a una realidad social también es
política. Llevar una camiseta de Lacoste o una que ponga escuela
pública para tod@s es definirse
políticamente. Lo cual no quiere decir que se conozca la intención
de voto, para nada; puede estar relacionado pero ello no es
estructural.
Dicho esto, la
unidad social básica de la estructural elemental de la política
occidental es el hecho de existir como ser humano. El átomo es el
individuo como ser sociable, pero su libertad de elección estará
construída por una estructura social superior: la cultura como
entramado de significados acerca de la existencia humana en un
contexto histórico concreto con sentido para los actores. He querido
dejar el concepto de una manera excesivamente abierta para que entren
perfectamente en él todas las definiciones posibles más
materialistas que hablan de “la forma de obtener energía”.
Para comprender bien
un sistema político debemos tener en cuenta la terminología que
emplean los actores sociales así como su significado. Esto es algo
obvio, pero que se está olvidando. Ser apolítico es una condición
sobre la política. Votar a un partido, a otro o no votar a ninguno
son formas políticas. Este escrito es una forma de política.
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