El papel del Estado en la Economía.
Por una parte tenemos las unidades domésticas, las empresas y por otra el Estado.
La interacción de las funciones que realizan las empresas y las economías domésticas actúan oferentes como demandantes (eso es lo que constituyen los mercados).
El Estado juega un papel actúa por una parte estableciendo las reglas del juego según las que se tienen que desenvolver los otros agentes económicos (el mercado). Al mismo tiempo el Estado también actúa dentro del mercado como un agente económico más. Si las instituciones son las que fijan el marco de actuación en el que se desenvuelven los mercados, bien podemos decir que sin Estado no hay mercado.
A la mano invisible de Adam Smith que no era ni más ni menos que ese libre juego de la oferta y demanda, Ronald Cous (autor contemporáneo, premio Nobel de Economía) le contrapone la idea de la mano visible. Dentro incluso del mercado, la empresa actúa siguiendo criterios de jerarquía y de organización (no de manera espontánea) y el Estado aparece como ese elemento que organiza, que hace posible los intercambios. Así como se piensa que la producción tiene un coste (los costes de producción...), los costes de intercambio también tienen coste y el Estado abarata ese coste. Por ejemplo, la seguridad jurídica (las condiciones de intercambio se van a cumplir). Si no existiera esa garantía que supone un abaratamiento de los costes de transacción, no había mercado.
1º Dentro de las funciones que realiza el Estado, la primera que empieza darle sentido es la función reguladora (establecimiento de las reglas del juego de los otros agentes económicos)
2º La segunda función del Estado es la financiera. La hacienda pública. Gasto público y los ingresos que permiten financiar su gasto.
Con la faceta reguladora, es decir, la Hacienda pública, el Estado acomete 3 funciones:
A) Corregir los fallos del mercado.
B) Redistribuir la renta.
C) Estabilizar el ciclo económico.
3º Hay una tercera función que es la directamente productiva. Cuando crea sus empresas públicas. Los servicios básicos no se consideran empresas, estarían dentro del gasto. Renfe sería una empresa pública.
Hay distintas etapas del Estado en el que el peso de una faceta es mayor que otra. En sus orígenes, la hacienda pública era muy reducida y la intervención directa era prácticamente inexistente.
Conforme avanzamos en la historia, se va creando la hacienda pública que se desarrolla después de la 2º Guerra Mundial cuando asume funciones como la sanidad, la atención a la jubilación... el Gasto social que amplia la faceta de gasto. Para financiar ese gasto, se crean los servicios públicos.
La función directamente productiva ha pasado por fases. Después de la 2º Guerra Mundial hay una explosión, pero a partir de los años 70, la empresa pública entra en retroceso. Buena parte de las empresas públicas estuvieron a cargo de servicios afectados gravemente por las crisis (siderúrgica, construcción naval...) pero a partir de los años 70 se privatizaron.
Buena parte de la regulación ya la establece la Unión Europea.
Por una parte tenemos las unidades domésticas, las empresas y por otra el Estado.
La interacción de las funciones que realizan las empresas y las economías domésticas actúan oferentes como demandantes (eso es lo que constituyen los mercados).
El Estado juega un papel actúa por una parte estableciendo las reglas del juego según las que se tienen que desenvolver los otros agentes económicos (el mercado). Al mismo tiempo el Estado también actúa dentro del mercado como un agente económico más. Si las instituciones son las que fijan el marco de actuación en el que se desenvuelven los mercados, bien podemos decir que sin Estado no hay mercado.
A la mano invisible de Adam Smith que no era ni más ni menos que ese libre juego de la oferta y demanda, Ronald Cous (autor contemporáneo, premio Nobel de Economía) le contrapone la idea de la mano visible. Dentro incluso del mercado, la empresa actúa siguiendo criterios de jerarquía y de organización (no de manera espontánea) y el Estado aparece como ese elemento que organiza, que hace posible los intercambios. Así como se piensa que la producción tiene un coste (los costes de producción...), los costes de intercambio también tienen coste y el Estado abarata ese coste. Por ejemplo, la seguridad jurídica (las condiciones de intercambio se van a cumplir). Si no existiera esa garantía que supone un abaratamiento de los costes de transacción, no había mercado.
1º Dentro de las funciones que realiza el Estado, la primera que empieza darle sentido es la función reguladora (establecimiento de las reglas del juego de los otros agentes económicos)
2º La segunda función del Estado es la financiera. La hacienda pública. Gasto público y los ingresos que permiten financiar su gasto.
Con la faceta reguladora, es decir, la Hacienda pública, el Estado acomete 3 funciones:
A) Corregir los fallos del mercado.
B) Redistribuir la renta.
C) Estabilizar el ciclo económico.
Es decir, hay una función correctora del funcionamiento del mercado, una función redistributiva y una función estabilizadora.
A)
Los fallos del mercado (admitido incluso por la visión más liberal) en qué casos el mercado falla en la asignación de los recursos económicos entre oferentes y demandantes (la más eficiente). Hay determinadas circunstancias en que esa asignación falla: en el caso de los bienes públicos, los cuales les caracterizan por ser de consumo no rival y que no admiten el principio de exclusión (ejemplo: cuando yo me compro un coche, eso quiere decir que ese es mío y otro queda excluido de ese bien. Sin embargo, cuando yo voy en un carguero bordeando la Costa y un faro me está iluminando, eso no quiere decir que ese servicio no se lo pueda dar a otro carguero de la misma forma que a mí). En estos bienes el mecanismo de precios no funciona, nadie está dispuesto a pagar por ello porque ya te beneficias por ellos sin pagar.
Otro fallo del mercado:
Bienes preferentes: Cuando el beneficio social que procuran estos bienes es superior al beneficio individual. Éstos siempre hacen relación a la economía externa.
Bienes indeseables: el coste social es superior al coste individual. Por ejemplo, el tabaco. El coste no es sólo mio, una sociedad de fumadores es una sociedad más enferma...
Esto el mercado no lo mide porque no distingue entre bienes preferentes o indeseables y por lo tanto, tiene que haber una intervención del Estado. Subvencionando a los bienes preferentes y poniendo una penalización a los bienes indeseables.
Otro fallo del mercado es cuando se dan lo que llamamos externalidades. Pueden ser positivas (economías externas) o pueden ser negativas (deseconomías externas). En esos supuestos, ocurre algo parecido a los bienes preferentes e indeseables.
En el caso de las positivas, el que tú te eduques no sólo te beneficia a ti sino también a la sociedad. Por tanto, en este tipo de bienes y situaciones el que el beneficio social es superior al individual, el mercado siempre dotaría por debajo de lo conveniente este tipo de bienes porque sólo valora lo individual.
En el caso de las negativas, por ejemplo, una empresa que fabrica papel y los residuos los vierte en un río al lado de esa empresa. A la hora de calcular el precio de venta de su artículo, la empresa calcula los costes de producción, pero el coste social que producen los vertidos no entran en su cálculo. El Coste social excede al de producción. El mercado atendería sólo al coste de producción.
Otro fallo del mercado es cuando no hay mercado. El caso del monopolio. En este caso es el poder de uno el que asigna el precio. El mercado establecerá leyes para intentar eliminar los casos de oligopolio o monopolio.
B)
La redistribución de la renta desigual se debe a que las dotaciones de los factores son muy desiguales desde su origen. Uno nace en familia pobre o en una rica. El que un trabajador alcance mejores condiciones depende de su formación, que se obtiene de los estudios, no depende del mercado. El mercado retribuye a los factores en función de su participación en su proceso productivo. Si esos factores se ven expulsados del proceso productivo, el mercado no les retribuye de ninguna manera (por ejemplo, en accidentes laborales, enfermedades, jubilación...) El mercado puede atender a una asignación eficiente o más eficientes de los recursos, pero la redistribución de la renta no la atiende.
El mercado establece una distribución primaria de la renta entre los factores de la producción en función de su participación en el proceso productivo. Y a esa distribución primera que llega del mercado, se superpone la secundaria de la renta, que es la que establece el Estado. Esta redistribución de la renta se puede establecer por 3 vías:
1º Vía gasto.
2º Vía impuestos.
3º Vía política de rentas.
3º Hay una tercera función que es la directamente productiva. Cuando crea sus empresas públicas. Los servicios básicos no se consideran empresas, estarían dentro del gasto. Renfe sería una empresa pública.
Hay distintas etapas del Estado en el que el peso de una faceta es mayor que otra. En sus orígenes, la hacienda pública era muy reducida y la intervención directa era prácticamente inexistente.
Conforme avanzamos en la historia, se va creando la hacienda pública que se desarrolla después de la 2º Guerra Mundial cuando asume funciones como la sanidad, la atención a la jubilación... el Gasto social que amplia la faceta de gasto. Para financiar ese gasto, se crean los servicios públicos.
La función directamente productiva ha pasado por fases. Después de la 2º Guerra Mundial hay una explosión, pero a partir de los años 70, la empresa pública entra en retroceso. Buena parte de las empresas públicas estuvieron a cargo de servicios afectados gravemente por las crisis (siderúrgica, construcción naval...) pero a partir de los años 70 se privatizaron.
Buena parte de la regulación ya la establece la Unión Europea.
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